Boletín Francesc Pedró

Las agencias de aseguramiento de la calidad en la
educación superior ante un horizonte de hibridación

-Dr. Francesc Pedró

RIACES se convierte progresivamente en la fuente de referencia para las agencias que agrupa y, al mismo tiempo, está llamada a promover la existencia de convenios que garanticen que aquello que es bueno para la agencia de un país sea también considerado bueno para el resto de las agencias, expresó el Dr. Francesc Pedró, al participar en el Tercer Webinar “Los retos y oportunidades de las Agencias de la Red Iberoamericana para el Aseguramiento de la Calidad en la Educación Superior (RIACES)”.

Como fuente de aprendizaje, agregó, RIACES es un organismo que reafirma su capacidad de convertirse en una referencia y en una entidad colaborativa para sus miembros. “Y ese es el camino que precisamente se está siguiendo”, afirmó Pedró, director del Instituto Internacional de la UNESCO para la Educación Superior en América Latina y el Caribe (IESALC).

En un contexto de virtualización de la educación, los organismos responsables del aseguramiento de calidad en la educación superior en Latinoamérica, se enfrentan al reto ineludible de incorporar en sus procesos los resultados de aprendizaje de los estudiantes, lo cual representa una gran tarea pues los mecanismos de evaluación de las competencias de los estudiantes o de los graduados, son muy diferentes entre instituciones y entre países.

Se preguntó ¿qué es la acreditación de un programa o de una institución en la que los resultados de aprendizaje de los estudiantes no están incorporados?; a lo que respondió “durante muchos años hemos vivido en la región sin ese componente y ahora estamos priorizando la rápida y adecuada incorporación del mismo”.

Al dar la bienvenida al ponente de la sesión virtual, el presidente de la RIACES, maestro Alejandro Miranda Ayala, se refirió al obligado ejercicio de reflexión colectiva ante los retos y oportunidades que representan para los organismos regionales responsables del aseguramiento de la calidad, la nueva realidad de la educación superior frente a la emergencia sanitaria mundial, y de la que emerge la viabilidad de hibridación de los procesos de enseñanza y aprendizaje.

Con una numerosa audiencia virtual integrada por representantes de organismos responsables del aseguramiento de la calidad en la educación superior en Iberoamérica pertenecientes a la RIACES, así como académicos y especialistas, Pedró señaló como otro reto, lograr documentar la pervivencia de las competencias adquiridas por los estudiantes durante su paso por un programa o por una institución. Esto es, evaluar (dos, cinco o diez años después) en dónde están, qué hacen esos graduados y qué valoración se tiene de ellos.

Durante el evento, moderado por la Dra. Marcia Vargas, Vicepresidenta de la RIACES y presidenta de la Agencia Centroamericana de Acreditación de Programas de Arquitectura y de Ingeniería (ACAAI), destacó que en el horizonte de la educación superior en el siglo XXI emerge la necesaria capacidad de innovación de las agencias acreditadores para incorporar elementos alrededor de la virtualización de la educación. “La virtualización va a transformar la enseñanza y el aprendizaje en las universidades; estamos ante un horizonte de hibridación de programas presenciales y de programas virtuales”.

“Hasta hace poco la virtualización se ubicaba como periferia del sistema de educación superior, cuando no satanizada, sin embargo, es ahora lo único que permite garantizar la continuidad pedagógica”, opinó.

El siglo XXI asume una nueva perspectiva: la hibridación formará parte ineludible de la experiencia cotidiana, tanto de la enseñanza como del aprendizaje, sin embargo, al dar paso al proceso de transformación de la hibridación, se preguntó ¿tenemos los profesionales adecuados en las agencias para dirimir técnicamente por dónde deberán conducirse al momento de evaluar la calidad de los programas?

En el sector de la educación superior, el aseguramiento de la calidad exige un tratamiento profesionalizado y requiere de un conocimiento específico. Asimismo, es imprescindible la intervención de las propias instituciones.

La evaluación externa es una especie de “auditoría”, entendida ésta como un procedimiento técnico estrictamente regulado, el objetivo final de todo proceso de aseguramiento de la calidad, no es tanto conseguir un diagnóstico, sino sobre todo ofrecer pautas de mejora.

Pedró, al referirse a un estudio realizado por IESALC, señaló que América Latina cuenta con mecanismos que garantizan la independencia de las agencias de aseguramiento de la calidad, lo que difícilmente se encuentra en otras regiones, incluida Europa.